- Equipo: ¿Cuántas veces has escuchado que la gente es lo más valioso en una empresa? Bueno, créeme que si se dice tantas veces es porque es cierto… especialmente en las PyMEs la gente es vital. Un mal elemento en una compañía de 1,000 empleados no pinta, pero si somos 4 en el negocio tener un empleado tóxico puede ser el 25%. Recluta, capacita, entrena, desarrolla y evalúa a tu equipo permanentemente. Nunca te arrepentirás de invertir en él y mucho menos si has logrado un crecimiento sostenido año con año. No es fácil, pero sin duda te dará madurez, experiencia y liderazgo.
- Sistemas: Tener un buen sistema no necesariamente significa invertir en costosos ERP’s (Enterprise Resource Planning por sus siglas en Ingles, o Sistemas de Planeación de Recursos Empresariales en Español), ni tampoco es construir una “Bati-cueva”. Un buen sistema es aquel que te sirve y que tiene documentado lo que dices que haces, y cuenta con controles que te permiten saber si de verdad haces lo que dices. Puedes empezar teniendo formatos impresos, hojas de cálculo y reportes básicos que posteriormente crecerán, madurarán y se convertirán en la base de alguna aplicación en internet o un software. Si tienes un desorden y decides instalar un programa que te haga todo más rápido, quizás solo obtengas “más errores por minuto”. Trabaja primero en controlar tus procesos internos y luego los agilizas con alguna herramienta o con una aplicación.
- Contabilidad: Quizás tengas formación académica en el ramo, o quizás te guste mucho el hacer números, pero se trata de ver el panorama como empresario. Debes tener una contabilidad transparente y confiable para la toma de decisiones. La idea no es clavarte las horas en esa actividad. Piensa en apoyarte en un buen despacho que te ayude con una estrategia fiscal efectiva, que te ahorre tiempo, que no tengas tú que arrastrar el lápiz y que sea ordenado para presentar la información que te permita analizar y tomar acciones inmediatas. Paga tus impuestos correctamente y a tiempo, evita las sorpresas con multas y recargos, y lleva una empresa de forma profesional desde su inicio.
- Distribución: Hoy día existen muchas alternativas para poder tener una logística eficiente y competitiva. Antes de pensar en comprar una camioneta de reparto y contratar a un chofer, analiza el costo beneficio de tenerlo o no. Si decides hacer tú este proceso, dentro de tus costos de distribución tienes que considerar mucho más que sólo la gasolina y el sueldo del chofer. Piensa en depreciación, mantenimiento, revistas, permisos, licencias, riesgos que impliquen contratar seguros de vida, robo total o daños a terceros, etc. Probablemente negociar una buena tarifa para tus entregas con un tercero sea lo más práctico al principio, o incluso aun después de que ya tengas una operación más robusta.
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