¿Cómo instalar un sistema de gestión de calidad?

Los sistemas de gestión de calidad son como una semilla, primero tenemos que preparar el terreno, luego sembrarla y requiere de cuidados para que de frutos en beneficio del negocio. Algunos de nosotros tuvimos la oportunidad de estudiar durante nuestra formación académica las teorías de la calidad. El problema es que toda esa teoría maravillosa parece inútil cuando inicias tu trabajo en una planta y te encuentras con la cruda realidad de tener que seguir o instalar un sistema de gestión de calidad. El primer concepto erróneo que muchos enfrentamos es que para algunas personas el sistema de calidad es el peor enemigo. En su mente éste es el culpable de que las cosas no funcionen y de que su vida sea miserable. Por eso es muy frecuente encontrar comentarios como “es que el ISO no me deja”. El segundo caso decepcionante, puede ser caer en una organización, supuestamente interesada en “mejorar”, que decide contratar a un recién egresado o a un becario para asignarle la “misión heroica” de instalar el sistema de gestión de calidad en la compañía, porque el Director General está demasiado ocupado como para involucrarse en eso, a los Directores o Gerentes es lo último que les preocupa y todo culmina en que los pobres muchachos que con tanta ilusión ingresaron, “tiran la toalla” porque a nadie le importa. ¿Y cómo va a funcionar algo en una organización si el equipo de liderazgo es el primero que muestra que no le interesa? Este es el punto clave, recordemos nuevamente que los sistemas de calidad son como una semilla…
Sistema de gestión de calidad

Sistema de gestión de calidad
photo credit: Jonathan D. Blundell via photopin cc

1. Preparar el terreno: Significa enfocar a la organización. El equipo de liderazgo debe integrarlo como un objetivo clave en el plan estratégico, deberá presupuestar y asignar los recursos necesarios y deberá seleccionar al talento que sea ideal para ejecutarlo. Si los directivos no están comprometidos o no tienen en sus objetivos individuales participación en el proyecto, esto ya es una derrota por adelantado. 2. Sembrar: Es una etapa ruda que requiere de mucha capacitación, fuerte liderazgo y energía. Cada persona debe tener muy claro que la forma en la que se trabaja hoy puede cambiar. Es fundamental que todo el equipo visualice que instalar un sistema de calidad que no se traduzca en un mejor servicio para el cliente, en eficiencia y en optimizar la comunicación interna es perder el tiempo. Mucha atención con las reacciones naturales como – ¿cuánto más me van a pagar ahora que tenga que trabajar con el sistema? 3. Crecimiento: La etapa anterior que implica formar los equipos de trabajo, asignar tiempos y mantener el negocio corriendo es suficiente para aniquilar el ánimo de todos los participantes, pero la historia no termina ahí, ahora hay que ejecutar todo lo que dicen esos bellísimos documentos que creaste. Es en este punto donde la gente deberá eliminar de su mente el “así lo hemos hecho siempre”, y también habrá que enfrentar los comentarios relacionados con “el sistema no sirve”. Es probable que los primeros dos pasos se hayan dado, sin embargo si la instalación falla, te quedarás con bonitas carpetas o con varios “megas” de disco duro que no llegaron a nada. Cada documento debe ser presentado a todos los involucrados y debe usarse para darnos cuenta si funciona, o si es tan claro como se veía en su etapa de diseño. 4. Madurez: La capacidad de análisis y la capacidad de síntesis que implica documentar políticas, procedimientos, instrucciones y formatos es todo un reto. Particularmente los líderes del proyecto deberán tener muy claro que el fondo de cada documento es responsabilidad de los dueños de cada proceso, pero la forma debe ser definida por el equipo de liderazgo (manual de identidad, fuente, logos, etc). El sistema de calidad es un ser vivo que debe ir creciendo según las necesidades del negocio. Debe ser mejorado, revisado y verificado constantemente, siempre en línea con el plan estratégico. Funciona como una herramienta que garantiza la consistencia de todos los procesos, más no es un pretexto para justificar fallas, bajos desempeños o malos comportamientos. Lo normal es que el ciclo inicial para la instalación de un sistema de gestión de calidad sea de 6 a 12 meses. En los primeros 3 meses analizarás procesos y detectarás oportunidades importantes. A los 6 meses ya te habrás dado cuenta de quienes son las personas que están abiertas al cambio y sabrás también quienes son los que se resisten y que no quieren cooperar. Es el momento de hablar con ellos, poner las cosas en claro, instalar algún plan de mejora individual o tomar decisiones sobre su futuro en la empresa. Después de 9 meses estarás listo para ver el efecto de las mejoras en los procesos y tendrás información importante para seguir puliendo los documentos. Al término de 12 meses el ciclo se cierra y puedes estar orgulloso de todo lo que se ha logrado. Esto no es para todos, por eso cada etapa es clave, pero en el fondo el éxito o el fracaso de un sistema de calidad no está en los documentos, sino en la actitud de la organización demostrada a través de toda la estructura y en cada nivel de responsabilidad de la misma. Ahora que ya sabes el camino, ánimo… vivir este proceso en tu empresa será una experiencia clave dentro de tu trayectoria profesional, pero no olvides que esto no se acaba en 12 meses, es tan solo el inicio de una nueva forma de vida.     photo credit: Jonathan D. Blundell via photopin cc

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¿Qué tanto importa la seguridad e higiene en tu empresa?

La cultura de seguridad e higiene no se hace con presupuestos. El espíritu, la forma en que te conduces y el compromiso que demuestres es lo que te lleva hacia adelante. Durante los últimos meses organizaciones y el gobierno de la República se han encargado de desarrollar campañas de publicidad enfocadas a la promoción y difusión de productos y servicios dirigidos a la pequeña y mediana empresa. Es una realidad que muchos ven en este segmento de mercado un sector con gran potencial para hacer crecer su negocio, pero también sabemos que es precisamente aquí donde se carecen de las mejores prácticas que organizaciones de clase mundial tienen en marcha desde hace varios años. Por supuesto que no se puede generalizar, en México existen empresarios verdaderamente comprometidos con seguir la línea de lo que es hacer bien las cosas. Pago puntual de impuestos, trato respetuoso al personal a su cargo, honrar compromisos comerciales, así como el cumplimiento de los requisitos de seguridad e higiene, que ahora en términos más modernos conocemos como seguridad integral por su impacto en la parte ambiental, salud y social, especialmente cuando se tiene un negocio que se mueve en la Industria Química o en la Industria de Alimentos. La otra cara de la moneda es la que espanta, todavía hay un número importante de negocios, oficinas e instalaciones donde lo único que importa es ahorrar, evadir y darle la vuelta a todo lo que sea necesario con tal de ganar más dinero. Aquí es donde como país nos situamos a años luz de algunos otros lugares del planeta. Hablando concretamente de seguridad e higiene este abismo pone en riesgo la salud o la vida de muchas personas todos los días. Empresarios que fabrican productos alimenticios a “cielo abierto” sin las más mínimas condiciones de higiene, o Directivos que ansiosos de incrementar los rendimientos o la productividad emplean personas sin otorgar ni capacitación, ni el equipo de protección personal más básico. Es muy lamentable ver cómo mucha de la iniciativa de los Supervisores o Jefes de Área, se elimina completamente, debido a que “sus Jefes” simplemente no les importa ni la calidad, ni la seguridad e higiene. De hecho algunos tienden a ser muy cínicos en reuniones importantes al decir: “Nosotros nos preocupamos mucho por el cliente”, o que tal la frase de “Estamos comprometidos con el medio ambiente” cuando ni siquiera existen objetivos puntuales al respecto. Están también los que no son capaces de autorizar escobas grado sanitario para barrer porque están muy caras, o que en su vida se han preocupado por las emisiones a la atmósfera o las descargas de aguas residuales. Ya no hablemos de hacer recorridos por sus instalaciones para detectar la cantidad de improvisaciones que provocan con eso de que “no hay dinero”. Eso si, se justifican diciendo que no tienen tiempo y que tienen mucho trabajo. Yo me pregunto: ¿habrá algo más importante por atender, que proteger la vida de tus empleados? ¿Podrás irte tranquilo a dormir sabiendo que lo que tú vendes probablemente causará enfermedades a las personas que consuman tu producto debido a que compraste materia prima, que ya estaba vencida? La seguridad e higiene es un asunto de principios, de ética y de compromiso. Sí, es cierto, la vida de los negocios no es un paraíso, a veces no hay dinero, el diseño de las instalaciones donde se opera está muy lejos del esquema ideal, en nuestro país la falta de educación es un factor negativo enorme para desarrollar una cultura de seguridad y hay una cantidad de engaños, atajos y caminos fáciles que tientan al empresario a irse por donde no. Por eso la invitación es que todos los días vivas con la filosofía y las ganas de hacer bien las cosas con los 2 ó 3 pesos que tengas. Que despiertes tu creatividad para encontrar alternativas, que abras bien los ojos y descubras los principales riesgos de tus instalaciones para todos lleguen completos y regresen completos a su casa. La cultura de seguridad no se hace con grandes presupuestos, ni lo logran sólo las empresas trasnacionales. Es tu espíritu, la forma en la que te conduces y el compromiso que demuestres lo que te llevará hacia adelante. Empieza por definir con tu equipo de liderazgo que la seguridad y la calidad no serán prioridades sino valores fundamentales en tu negocio, lo cual implica que si alguien no lo percibe así, no tiene nada que hacer en esta empresa. Define objetivos de seguridad y calidad para todos las posiciones no importando si están en el área comercial, o en el área administrativa. La seguridad y la calidad no son responsabilidad exclusiva de áreas operativas, es una forma de vida.  Finalmente revisa tu presupuesto para estos conceptos y si el dinero de verdad “no alcanza” no cometas el gran error de muchos que es ignorar el tema. Analiza los mayores riesgos, determina el monto que se necesitaría para poder salir de ese escenario y si no encuentras dinero, piensa en como evitar viajes inútiles, gastos excesivos, personas que están de más y genera ahorros en otras áreas que puedas canalizarse hacia estos conceptos tan importantes. Si haces este ejercicio como líder de tu negocio, darás el ejemplo de que a ti sí te importa la seguridad y sólo me bastaría decirte: ¡Mil gracias por ser diferente! y ojalá que nunca te rindas…  

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Supervisión de piso – Elemento clave de la gestión de calidad

El rol de supervisor es una gran alternativa que tienen los Ingenieros recién egresados para construir una sólida carrera profesional. Una de las alternativas que tenemos los recién egresados de Ingeniería Química o Ingeniería de Alimentos al inicio de nuestra vida laboral es trabajar en planta; pero la realidad es que muchos salen corriendo simplemente al escuchar que estas instalaciones no siempre están en lo más nice de la ciudad, que quizás se tenga que rolar turnos y que el look del día a día será poco trendy por la estética exclusiva que brindan la cofia, el casco de seguridad, el cubre-bocas y los zapatos con casquillo. Sin embargo existen hombres y mujeres que sí encuentran en este ambiente un mundo fascinante que está lleno de retos que dejarán marcada de por vida su carrera profesional, y por lo tanto acuden con mucha alegría a su primera entrevista de trabajo para colocarse como Supervisores. Basta con estar un par de semanas ya de forma oficial como supervisor para darte cuenta que hay algo raro en la descripción del puesto… no se necesita a un Supervisor, sino a un Superman!!! Resulta que hay que llegar al menos 30 minutos antes de que inicie el turno para enterarte de como están cerrando los del turno anterior ya sea en la mañana, en la tarde o en la noche; que eres responsable de una buena parte de los activos de la empresa; que debes cuidar las instalaciones; que tienes que verificar que los materiales e insumos que se adquirieron se transformen en los productos que se ofrecen y que eres pieza clave en la gestión de calidad ya que debes custodiar procesos bajo los estándares establecidos. Por si esto fuera poco… tu cuerpo también debe resistir caminar o estar parado por 8 horas, vigilar equipos a altas o bajas temperaturas, solucionar conflictos de convivencia y desempeño del personal o estar sentado frente a un tablero de control también durante 8 horas, por mencionar sólo algunos… Queda muy claro que esto no es para todos, pero es un hecho que un buen Supervisor tiene precisamente esto… la habilidad de salirse del torbellino de la operación para “ver todo desde arriba” (Super – visión), anticipando problemas, tomando decisiones rápidas y siguiendo siempre métodos y políticas de trabajo. Durante los primeros meses en el cargo, debes conocer muy bien los estándares de calidad, los productos, presentaciones y condiciones de operación de los equipos, pero lo más importante será que empieces a desarrollar tu liderazgo. Probablemente sientas que no eres nadie en la organización, sobre todo porque a veces todos duermen mientras tu trabajas, pero es en esta posición donde se forjan los grandes Gerentes y Directores de Planta del mañana. Será tu capacidad para entender el negocio, comprender las expectativas de los clientes y mantener buenos números de productividad, rendimiento o eficiencia lo que te permitirá estar en el radar de la empresa como parte del talento a desarrollar.  Tu carrera profesional puede volverse la de la tradicional “rata de planta” si lo único que te preocupan son los fierros, las cajas o los sacos. Estamos de acuerdo que hoy tu función es supervisar un proceso, pero no olvides que la única razón por la que esas actividades existen, es porque al final hay un cliente esperando el producto o servicio que ofrece la empresa. Comúnmente tendrás a tu cargo al front line, que es la fuerza de trabajo base de la organización y que está típicamente integrada por Ayudantes Generales, Montacarguistas y Operadores. Tu capacidad para entrenarlos, desarrollarlos, solucionar diferencias y tener la mente fría y la mano dura para tomar decisiones en los momentos críticos será un factor clave para colocarte como el guía del turno y será el inicio de tu recorrido hacia la cima del liderazgo dentro de la planta. Esquemas sindicales, conflictos de ética o integridad, tentaciones por parte de proveedores corruptos o abusos de autoridad de mandos medios serán los posibles retos, tropiezos y dificultades a enfrentar y resolver. Confía siempre en tus principios, valores y habla siempre con la verdad… En consecuencia ganarás el respeto de todos y seguirás siendo considerando como posible candidato para cargos de mayor envergadura en los años siguientes. Así es, querido Supervisor, la cima sólo se conquista caminando desde el campamento base. Si te gusta el área de Operaciones y aspiras a hacerla en grande, no dudes en empezar por aquí. Te aseguro que cuando llegues a la Dirección de la Planta recordarás muy bien esos días que viviste en las trincheras y entenderás aun más que si no hubieras pasado por ahí, hoy no podrías llenar la silla que con tanto esfuerzo te has ganado.. Photo Credits: BigStock © gila

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